Si quieres disfrutar de un helado con auténtico sabor a pistacho, y con una textura perfecta, esta es tu receta.
Ingredientes
- 500 ml de nata líquida para montar
- 250 ml de leche entera
- 30 g de miel
- 4 de yema de huevo
- 100 gr de pasta de pistacho
- 60 gr de azúcar glasé
- 50 gr de pistachos crudos y pelados
- 50 gr de azúcar blanco
¡Comenzamos!
- En un cazo ponemos la nata, la leche, la miel y la pasta de pistacho y lo calentamos hasta que esté a punto de hervir.
- En un recipiente grande mezclamos las yemas de huevo y el azúcar glas y lo batimos muy bien, hasta que adquiera la mezcla una apariencia blanquecina.
- Cogemos la mezcla del cazo caliente y la añadimos a la de las yemas de huevo en un chorro fino, sin parar de remover la mezcla.
- Una vez que tenemos las dos partes unidas, pasamos toda la mezcla al cazo nuevamente y calentamos hasta que se espese un poco, sin dejar de remover. Es importante que la temperatura no pase de los 80º C, sino las yemas se cuajarán.
- Cuando la mezcla ha espesado un poco la dejamos enfriar a temperatura ambiente.
- Una vez que la mezcla ha perdido el calor y está a temperatura ambiente, la ponemos en el frigorífico hasta que esté bien fría.
- Pasado un tiempo, con la mezcla bien fría, la pasamos a la heladera y programamos hasta que esté hecho el helado.
¿Sabías qué?
Podemos caramelizar unos pistachos y añadirlos por encima del helado como toppings, ¡te chuparás los dedos!
- Pon una sartén pequeña al fuego y tuesta ligeramente los pistachos.
- Apártalos y déjalos enfriar.
- En la misma sartén, al fuego, pon el azúcar y los pistachos hasta que el azúcar empiece a burbujear y adquiera un tono dorado de ¡caramelo!
- Aparta del fuego y remueve los pistachos para que se cubran de caramelo. Después, extiéndelos sobre papel de horno sobre una superficie que resista el calor.
- Una vez fríos, mételos en una bolsa de plástico y machácalos con un rodillo hasta que estén troceados.
- ¡Ya tienes listos tus toppings para el helado!